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2024
Perú

Carolina Cisneros Pinedo

Lima - Perú Estudió Comunicaciones en la Universidad de Lima y Creatividad Publicitaria en la Escuela Superior de Creativos Publicitarios (Buenos Aires, Argentina). Actualmente trabaja como Community Manager.
Participó en la antología de la Jornada Trinacional Borrando Fronteras (Chile - Argenitna - Perú), con el microcuento "Encuentro del tercer tipo". Al mismo tiempo publicó su ponencia "El microrrelato y las infinitas realidades de mi alma", en la revista electrónica argentina "Tardes amarillas".
Participó en la antología Habitación 201, de la Editorial Altazor, con el microcuento "Números Naturales".
Publicó el microcuento «La Sombra» en el Suplemento Cultural Sólo 4 del diario Correo de Huancayo y el cuento «Noches eléctricas» en la revista Tráfico y en la página web Cuentos Peruanos Contemporáneos.
En otros datos, participó en el conversatorio de escritores peruanos y brasileños MIX LITERARIO
«Microcuentos y otras formas de narrar para la (post) modernidad», organizado por el Jubileo del Centro Cultural de la Embajada de Brasil.
También participó en la III y IV Jornada Peruana de Microficción (Lima) y en la Jornada Trinacional de Microficción Borrando Fronteras - Chile - Argentina - Perú (Sede en Santiago de Chile).

SEGUNDA PERSECUCIÓN
Ella rondaba por la habitación, siempre alejada de la ventana; abriendo y cerrando los ojos, comiéndose las uñas con fuertes mordidas. Las ojeras pronunciadas la hacían ver como un fantasma. Cada vez que se observaba al espejo, soltaba un grito de terror y otro de dolor.
El reloj marcó las doce de la noche. La luna llena alumbró todo su ser. El segundero empezó a girar en sentido anti-horario. En ese momento la manija de la puerta no dejó de moverse. Las lágrimas humedecieron su rostro y sus ojos se tornaron rojos.
La mujer comenzó a correr de un extremo a otro, dándose golpes contra la pared. Sus dedos carcomidos sangraron y de pronto sus alaridos ensombrecieron la habitación.
La puerta se abrió estrepitosamente y la mujer se difuminó.
El médico legista se acercó a la ventana para sacar muestras de las gotas de sangre que aún quedaban pegadas sobre el cristal. Aún no daban con el asesino.
Regresaron a la morgue esa misma noche para analizar nuevamente a la difunta, pero esta había desaparecido.

EL CUADRO INCONCLUSO
Ella vivía dentro de un cuadro. Observaba, a través de la ventana de una casa muy iluminada, el río. Era de noche. El paisaje se veía espectacular con la luna en cuarto creciente. Solo faltaban las estrellas.
Un día, el pintor, en un ataque de furia, decidió salpicar la casa de negro. Ella quedó atrapada en la oscuridad.

LA TORTURA
Comía un sándwich, abriendo exageradamente los ojos y masticando con la boca abierta. Se notaba hilachas de pollo entre sus dientes y pedazos de lechuga entre sus labios.
El taxista, que observaba a través del retrovisor, cerró los ojos apretando los dientes.
De pronto, brotó una especie de saliva viscosa de los labios del pasajero.
El taxista palideció.
Sacó una dentadura de su boca y procedió a limpiarla de los restos de comida.
El taxista extrajo su cara por la ventana, soltando un eructo. Empezó a sudar.
Una caja gigante de popcorn, paquetes de Chizitos, papas fritas… todo a punto de ser devorado.
El taxista ya no quería ver. Para su mala suerte, el equipo de radio se encontraba averiado.
Seguidamente el pasajero le sorprendió con preguntas mientras masticaba. El taxista respondía con los ojos rojos.
El camino, era largo.

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