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2024

Elisabet Soldi

Profesora de Lengua y Literatura 
Ex Concurrente y Becaria del Equipo de Emergencias del Hospital Ameghino
Integrante del Módulo Ficciones : Literatura   Departamento de Estudios psicoanalíticos sobre la Familia- Enlaces

Mail: elisabetsoldi@yahoo.com.ar
La Escuela: un espacio para la pasión.
Hace años que la Educación  está en crisis. Cada  inicio de clases lo evidencia nuevamente. Los reclamos salariales, el deterioro de los edificios, las modificaciones en los planes de estudio que se suceden sin resolver los problemas de fondo dejan opacada la reflexión necesaria sobre el para qué de la Escuela hoy.
Foucault realizó estudios del régimen tecnológico que tuvo sus orígenes en los siglos XVII y XVIII y que perdura hasta el siglo XXI. Este régimen tecnológico, resultado de una conjunción saber-poder determinada, es lo que este pensador denomina disciplina. La disciplina es tecnología que genera individuos, haciendo de ellos su objeto e instrumento de ejercicio del poder. Esta tecnología de poder, que comprende un conjunto de prácticas que proceden encauzando conductas en los individuos, no se reconocen tan solo en instituciones como la escuela ,sino que se expanden por todo el cuerpo social, saliendo de los establecimientos y penetrando en todos los resquicios de la sociedad, dando lugar a la sociedad disciplinaria.
Los alumnos languidecen en el espacio cerrado de la escuela donde la repetición de lo mismo día tras día los lleva al aburrimiento. El aburrimiento es lo que queda de la escuela cuando las pasiones emprendieron la retirada y exiliadas para siempre y refugiadas en otros lugares decidieron no volver. Las nuevas tecnologías son la inversión por excelencia para el aumento del capital a través de la educación  Constituyen, para
algunos discursos ,el ingreso a  la nueva sociedad, la medida objetiva a partir de la cual puede decirse si un individuo está “integrado” o está “afuera”. El sistema sigue fragmentándose y a  las categorías de alfabetizado- analfabeto se suma la de analfabetismo digital que designa a las personas que carecen de conocimientos de las nuevas tecnologías y no pueden acceder al conocimiento multimedia o socializar mediante las redes sociales.
¿Para qué iría entonces un chico a la escuela con este panorama que más que incluir segrega? ¿Para qué aprender? ¿Hay alguna posibilidad de escapar de la encerrona? ¿Se puede pensar el espacio escolar más allá de los muros? ¿Cómo horadar los muros para drenar el aburrimiento ¿ Cómo traer del exilio  a la pasión?
Según Silvia Bleichmar, “Los seres humanos tienen que sentir que lo que hacen tiene algún sentido que excede a la auto-conservación. No se puede plantear a un ser humano que el sentido de su vida está en ganarse la subsistencia, porque eso no es el sentido de ninguna vida. Tenemos que terminar con esta idea que les planteamos a los chicos de que el único sentido de conservar su vida es para que trabajen y sobrevivan: el sentido de conservar su vida es producir un país distinto en donde puedan recuperar los sueños. Y la escuela es un lugar de recuperación de sueños, no solamente de auto- conservación.”
La escuela es un lugar, un espacio. La palabra espacio proviene del del Latín Spatium, concepto que se refería a la
materia, terreno o tiempo que separa dos puntos. El  espacio puede ser  temporal  o físico. Dentro de la escuela, en tiempo presente los alumnos se conectan con el pasado, con las tradiciones de la comunidad a la que pertenecen, al tiempo que el futuro está dentro de la escuela, en cada chico que aprende y fuera de ella como posibilidad de realización del proyecto de vida de cada uno.
En cuanto a la pasión, señala Hegel que  “Nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión”. Por otro lado, Descartes incluye a la admiración y a  la alegría entre las pasiones. La admiración tiene utilidad ya que gracias a ella se puede aprender. Se puede observar que los que no se asombran por nada, son también poco propensos para aprender .La alegría es la creencia de poseer un bien, en este sentido el aprendizaje es un bien.
Hace falta pasión para  construir un espacio donde recuperar los sueños porque cuando la única pasión es el aburrimiento, puede  acontecer  lo más grande, pero también lo más atroz.
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